lunes, 1 de octubre de 2007

Las perturbaciones.


Me he de confesar seguidor del Blog de Toni http://bujinroadbook.blogspot.com/ , siempre apunta interesantes pensamientos y buenas reflexiones.


He leído, como hago siempre, con sumo interés y expectación, el escrito al que Toni ha titulado “Las dos curvas”, el articulo me parece esplendido y estoy totalmente de acuerdo con lo que Toni ha expresado en el.


No soy muy aficionado a la escritura, he de reconocerlo, mis pensamientos y reflexiones normalmente no transcienden más allá de mi persona, son pensamientos producto de mis experiencias vitales que van encontrando su lugar en mi mente, colocándolas en ocasiones en el que yo creo su sitio, quedando pendientes de colocación en otras y a veces simplemente desechándolas por considerarlas poco acertadas.


Ya hablando con Toni, en alguna ocasión, surgió el tema de que sería interesante compartir las experiencias interiores que cada uno de nosotros tiene sobre diversos temas que nos son comunes y que aparecen a veces simplemente por ser practicantes de kyudo y tener inquietudes similares. El Kyudo no tiene nada de especial ni presupone nada de nadie, cada uno lo practica por motivos diferentes y obtiene resultados diferentes, pero seguro que hay un punto en común que nos conecta y que no se si alguien podría encontrar y definir.

En esta ocasión las reflexiones de Toni me han inspirado a abrir mi pequeño cajón de experiencias y exponer un punto de vista que puede ser complementario al que ha explicado Toni en su artículo, servirá como inicio de mi Blog.
Las circunstancias han hecho que yo sea uno de los sempais del dojo, es decir alguien que simplemente empezó antes, esto hace que quizá pueda aportar experiencias que para los kohais, están por venir, aunque evidente llegarán y con rapidez.

Los danes podrían ser muy importantes, por ejemplo para saber que “lugar” ocupamos en al fila para formar, una sencilla razón para su existencia, para saber si hay que comprarse Kimono o no, para saber que seminario de aprendizaje te toca, pero frivolidades aparte, es evidente que no son las razones para su existencia.

Si leemos en kyudo manual Vol. I veremos los requisitos para ser aptos en cada uno de los Dan establecidos en el Kyudo (serviría para cualquier arte marcial).

En ellos se habla de técnica, aciertos, espiritualidad, armonía, respiración etc. Pero no explica nada más.

El “Dan” no es más que la percepción que tienen tus examinadores de tu nivel de desarrollo en el Kyudo, algo que es totalmente subjetivo y que además no tiene la mínima importancia que así sea.

Aquí viene la importancia del examen que comenta Miguel Ángel, de “como” se encontrara él en el examen, ese es el termómetro que marcará la verdadera evolución interior. En los primeros exámenes, aparecen las perturbaciones, existen los nervios y las expectativas propias de todos los que nos presentamos ante un tribunal, deseo de aprobar (al ego le gusta el dulce…), hacerlo bien, miedo a fracasar, a cometer errores..etc.
En los exámenes siguientes ya se suman las comparaciones con los otros, “Yo creo que tiro mejor que ese y no me han aprobado y a él si”, “tuve mala suerte” “si no me hubiera tocado de Omae lo habría hecho mejor” y así un largo etcétera.

Onuma Sensei decia que " Aprendemos un poco sobre nosotros cuando aprobamos un examen, pero aprendemos muchísimo más cuando suspendemos."

Dan de Prospero Kyoshi 6º dan, dice que en Japón le enseñaron a ver el examen como un Koan Zen, un enigma simple que obliga a investigar más allá de lo cotidiano.

El examen nos obliga a hacer algo simple pero en un ambiente diferente, con gente diferente, dojo diferente (ver Art. La cuestión del Examen) y objetivos personales diferentes, veremos a lo largo de nuestro camino que mucha gente quiere “ser” tal o cual dan, que lo “egos” abundan más que lo que seria deseable, pero encontraremos una excelente recompensa cuando veamos que ese no es nuestro propósito, y que nuestro objetivo en el examen solo será entrar, tirar y salir de acuerdo a la ley del tiro, con tranquilidad, sin deseo, sin expectativa, solo con nuestro tiro interior que intentamos realizar de la mejor manera y que a veces sale y la mayoría de veces no, no pasa nada, hay toda la vida para mejorar eso.
En Tokio vi pasar a mucha gente de grado, en mi grupo en concreto, algunos no realizaban Za sharei, (estában más cómodos de pie), otros no aguantaban kiza (duele), algunos afinaban su puntería para realizar los dos matos a los que obliga el 4º Dan, pero a mi con mis ya tres suspensos me daba igual, y lo digo con total sinceridad, yo creo que solo tengo nivel de 3 dan y prefiero quedarme en 3 dan y no aprobar un 4º dan si no soy capaz de aguantar el Kiza bien, ni quiero tirar de pie aunque las rodillas me duelan y los aciertos a mato llegarán cuando tengan que llegar como un proceso natural, en el que yo solo puedo poner voluntad y esfuerzo, sin obsesionarme, sin enfadarme, tolerándome, pero con constancia, con entrega, con perseverancia y con trabajo.

El tiro de apertura de Kamogawa sensei en Tokio fue todo un ejemplo de dignidad y buen hacer, en Kiza, con Kiai, con Ikiai, con Maai, sin trucos, sin artificios, sin queja, un tiro de maestro.

Después de verle y a pesar de su edad, mi Kyudo es un Kyudo pobre , necesita de años de pulimento y trabajo, verlo me convenció de que el buen camino está en practicar el kyudo con esa dignidad y con ese objetivo, mi examen ya estaba hecho, faltaba solo el tramite del Dojo Meiji dos días más tarde.


Creo que se puede evolucionar interiormente, crecer y alcanzar una plenitud personal, sin llegar a tener un grado muy alto y se puede tener un grado alto y carecer de todo lo anterior, ejemplos son fáciles de encontrar y solo con verlos se suelen reconocer.


Pero no por eso se ha de dejar de intentar, de continuar presentándose a los exámenes aunque solo sea para suspender, en Japón un sensei (que siempre viene a felicitarte cuando suspendes) lleva más de 17 años suspendiendo para pasar de grado y no le importa en absoluto, forma parte de ese quehacer, de ese trabajo que hay que realizar cuando se ha alcanzado el nivel de la curva en el que la evolución de la técnica es cero, ya no hay técnica que mejorar ni aprender, solo paciencia, constancia y rectitud, valores que llevan al Shin, Zen, Bi del kyudo.



“La paciencia es un árbol que tiene raíces amargas pero que da dulces frutos”

Tradicional

1 comentario:

kokoro dijo...

Enhorabona per haver començat aquest blog i ànims per continuar-lo! Jo en seré una incondicional seguidora!

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