martes, 27 de enero de 2009

Organizaciones y Kyudo


Hace ya diez años que práctico Kyudo, son solamente diez años y a pesar de ese corto periodo de aprendizaje mi evolución personal y por reflejo, social, ha sido para mí interesante y mi punto de vista sobre muchas cosas ha cambiado considerablemente.


Para los que nada saben del Kyudo, le parecerá extraño, incluso para los que lo practican, pero no como un camino, sino como una actividad placentera o como un hobby, les puede sonar raro, pero ha sido así.


Desde que empecé sin saber muy bien el porqué a practicar Kyudo, he dado muchas vueltas, mis pensamientos y reflexiones han ido cambiando, evolucionando, a veces incluso con pensamientos contradictorios, pero poco a poco todo se va ordenando, ¿será la evolución natural del Kyudo?, no lo sé, pero hay algunas cosas que se han afianzado ya en mí. No me gusta emplear la frase “lo tengo claro” porque es difícil tener esa claridad, la frase se suele emplear con mucha alegría y en exceso, pero ahora hay cosas que veo con más claridad.


Una de esas cosas que he aprendido es la poca importancia que tiene en el Kyudo el mundo del asociacionismo o de organizaciones similares, federaciones, clubs, etc…
Intentar meter el Kyudo en una organización que se rige por normas legales, reglas y Asambleas es difícil, no es imposible, de hecho así funciona ya en todo el mundo, pero es bastante complicado.


El Kyudo viene de un mundo de honor, con una organización diferente, El Dojo, El Sensei, los Sempais, la disciplina y los valores, para nada hay leyes escritas, hay algunas reglas, algunas normas que son usuales en la cultura tradicional japonesa y no mucho más.


Al tener que hacer una organización que de al Kyudo legalidad social, aparecen problemas, hay que intentar escribir las normas no escritas, las leyes jamás pronunciadas y especificar las buenas costumbres, eso debería ser poca letra, porque más que leyes son conceptos y difíciles de encofrar en Artículos legales.


Además son de obligado cumplimiento todos los artículos y el modelo de organización que las correspondientes leyes asociacionistas en cada país imponen y eso si que es difícil de conjugar. Son dos mundos aparte.


Pero los problemas que surgen de esa Organización del Kyudo, son interesantes, no siempre agradables, pero aportan aprendizaje y también capacidad de autoanálisis, darse cuenta de cómo le afectan a cada uno sus reacciones, sus enfados, sus obligaciones, su capacidad para decidir. Todo ello no es Kyudo, pero si es vida cotidiana y la vida cotidiana, si está presente en el Kyudo, mejor dicho está presente la actitud deseable en la vida cotidiana, está en el Manual de Kyudo Vol I, se llama Heijōshin, “ la mente ordinaria habitual que se relaciona con las circunstancias de forma calmada y armoniosa” .


Los conflictos también son una valoración de ese estado ideal, yo de momento no lo consigo, me afectan las cosas y a veces me molestan las decisiones que tengo que tomar, tambien me enfado. No como antes, bastante menos, pero es igual que en la práctica cotidiana del Kyudo, surgen las mismas cuestiones, las mismas reacciones y reflexiones pero hay que actuar de la misma forma, sin que sea una barrera que impida evolucionar, es solo como un mal tiro o un mal sharei, se aprende, se olvida y se continua, al fin y al cabo Heijōshin es una meta, y para conseguirla o acercarse lo más posible a ella, solo cabe continuar con la misma actitud con la que realizo mi Kyudo, sin abandono, sin ego, con constancia, con tesón, evitando enfadarme o arrepentirme de lo que he hecho, si lo he hecho con convicción.


Pero eso sí, para intentar conseguir llegar a ello, no hay ni camino fácil ni fácil trabajo, al contrario, hay muchas dificultades, hay que tomar decisiones y decir cosas que a veces no gustan y que además pueden estar equivocadas, pero vivir con todo ello es aprender, importante para después poder desaprender, lo que nunca hay que hacer es abandonar, eso es pararse.


Pero cada uno se para cuando quiere, el camino no es obligatorio.

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