jueves, 28 de febrero de 2008

Do


No olvides nunca
Que el camino del té
No es más de esto:
Calentar el agua,
Preparar el té y beberlo
(Regalo de cumpleaños de Karen, una muy buena amiga)

domingo, 10 de febrero de 2008

Frustración y Kyudo

El Kyudo es un camino, un “Do”, una vía de autoconocimiento y de auto encuentro, dicen que todos los caminos en la vida llevan a ninguna parte, a ningún lugar preciso, Machado decía “Caminante son tus huellas el camino nada más, caminante no hay camino, se hace camino al andar..”, y eso es el kyudo, igual que la vida, un camino que no existe, que se crea según se recorre y que nunca es fácil.

Precisamente en el Kyudo y en la aparente sencillez de su ejecución radica uno de sus mayores problemas.

Otras artes marciales Japonesas, como el Aikido, el Karate, el Judo, etc, tienen un amplio arsenal de técnicas y katas, un horizonte de conocimientos más amplio, son más difíciles de aprender, requieren de unas habilidades técnicas, de elasticidad, buena forma física, etc, en Kyudo es mucho más sencillo, un arco una flecha, ocho movimientos básicos, unos movimientos armónicos y fin, ya no hay casi nada de técnica que aprender.

La frustración llega de inmediato, que hago ahora, no mejoro demasiado, no progreso, no se que hacer… uno se queda solo consigo mismo y aparece el “ego”, ese es un “ego” realmente peligroso, el que busca su propio reconocimiento, déjalo pasar es más peligroso que el clásico “ego” frente a los demás, ese es necesario en la vida cotidiana y solo hay que evitar que nos controle y devore, eso es algo más fácil de conseguir, el peor “ego” es el que nos cuestiona a nosotros mismos un superego que además es el antagonista del “ello”el que debe tirar la flecha, el que debe aflorar de nuestro interior y hacerlo sin hacernos sentir nada especial por ello, el ser esencial sin planteamientos extraños ni autocríticas.

Desde que practico Kyudo siempre voy encontrando frustraciones, Sep sensei dice que el Kyudo es un camino de fracasos, al principio no se entiende demasiado, resulta incluso algo triste pensar que es así, pero después resulta cierto, siempre aparece frustración e incomodidad.

A mi me frustra no mejorar mi Kyudo, me incomoda enseñar a otros, no soy quien, me incomoda dar ordenes o trabajos, nunca me gusto demasiado, me incomoda ser responsable, prefiero que lo sean otros, me incomoda y me frustra tirar delante de los demás y que me juzguen, me incomodan muchas cosas y me frustran otras tantas, pero con el paso del tiempo y con la práctica continua del Kyudo convencido de que es para mi un buen camino, cada vez me he ido frustrando e incomodando menos, espero algún día no frustrarme nada y no incomodarme nada, pero solo perseverando en la práctica constante averiguare si es así.

Mientras tanto el paseo por el camino y a pesar de las frustraciones es muy interesante, a veces uno se cansa, hay empinadas cuestas, a veces llueve o truena, pero siempre vale la pena recorrerlo, hay bonitos paisajes que admirar y excelentes personas con las que compartir el itinerario.

El Kyudo es un camino un “michi” un “do” con corazón, con “kokoro” y los caminos con corazón merecen ser recorridos.

Pero es solo un camino, hay otros.

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