jueves, 1 de noviembre de 2007

KIAI, la concentración de la energía



En nuestro foro privado del Dojo de Kyudo Mallorca y a raíz de la traducción de una apuntes surgió la pregunta “que es KIAI”, se inicio entonces un interesante intercambio de opiniones y experiencias.

Si nos ceñimos a lo expresado en el Kyudo como KIAI, es “simplemente” la concentración de la energía,….. casi nada y desde esa definición empiezan las dudas, ¿concentración?, ¿energía? Como se fabrica esto, que es el Ki, como se concentra, desarrolla o armoniza si no sabemos muy bien o nada bien que es.

Yo me quedo con el párrafo que indicaba Toni “Parece que el Kiai es el momento donde no hay ninguna separación entre la acción y el pensamiento, el instante donde la concentración, la postura y la respiración colaboran para enfocarse sobre el momento presente, como una lupa que concentra el Sol en un punto con gran intensidad” esa me parece una buena interpretación de lo que puede ser la concentración del Ki, el Kiai.

Toni propone intentar contar opiniones y experiencias sobre el Ki, va la mía.

La primera vez que me pare a pensar en lo que era el Ki, al menos de una manera consciente fue hace unos 16-17 años, para mi todavía no se llamaba Ki para mí, era Chi, ya que en aquel entonces empecé a practicar Tai-Chi y ávido de conocimientos intelectuales (ahora se que sirven de poco en esta materia) me compre un libro titulado “el tejido invisible”, el titulo parecía atractivo, pero el libro era un manual de Kung Fu y no resulto demasiado interesante, pero entre el titulo y algunos conceptos que se nombraban en el, Tao, Chi, meridianos energéticos, energía espiritual, nacio en mí la idea de proponerme un cambio, dejar de pensar en el cuerpo con la clásica visión cartesiana, y considerar la posibilidad de que existieran otras formas de entender el funcionamiento corporal y vital.

El Ki, el Chi, el Qi o el prana, que son equivalentes no pueden ser entendidos desde una perspectiva cartesiana, considerando el cuerpo y la mente como dos elementos independientes y el cuerpo como un mecanismo, segregable en órganos y elementos aislados que forman un todo, aunque eso sea claramente lo evidente.

Aquí es donde ya puede tener cabida el concepto de Ki, no somos un cuerpo y una mente, somos una expresión del Ki, de la energía universal, una de las infinitas formas en las que se puede manifestar y que en nuestro caso se manifiesta a través del cuerpo y del espíritu.

El ki, la energía vital, fluye a través nuestro y genera vida y pensamiento, si el fluir es ordenado, el cuerpo y la mente funcionan en armonía y estamos en estado de salud, por el contrario un ki mal canalizado produce enfermedad, perturbación y alteración emocional.

En la cultura occidental es un concepto prácticamente inexistente en la actualidad, solo está contemplado en las culturas orientales, por eso está tan presente en cualquier actividad relacionada con la salud y el espíritu en las culturas asiáticas o hindúes y es un elemento indispensable para conseguir una armonía vital.

Estoy de acuerdo en lo que dice Jean Benayoun, solo la constancia y la práctica constante en una actividad denota tener buen Ki, no se que es lo primero, si realizar una practica constante hace aflorar el Ki o un buen Ki hace ser constante en la práctica, en cualquier caso es indispensable la constancia.

Uno se sumerge en los movimientos del cuerpo, ejecuta los movimientos y los hace realidad, cuando se dominan los movimientos, entonces uno es capaz de entender lo que está pasando y lo que significan, pero uno tiene que adentrarse en la práctica constante para entenderlo.

Del libro del Tejido invisible, me quede con una frase · “Movimiento del cuerpo para atraer a la mente, entonces, ya son solo uno, esta es la chispa que atrae a la energía, esa es la verdad del cuerpo, ya tienes el TAO”

Para mi aunque lo nombre poco, el Ki o llamémosle como queramos es una realidad, quizá equivocada, pero no más que el resto de realidades sobre la vida que circulan por la comunidad científica, que a pesar de sus innegables logros, todavía es incapaz de curar un resfriado o de curar la depresión o la ansiedad, tan solo parchearlas con un ataque de fármacos impresionante.

Como considerarme una forma de la energía es una elección personal, como creer en Dios o no, me quedo con esa idea, a mi me satisface plenamente y me mantiene en un equilibrio personal aceptable, ademas no altero el Tao de Einstein, "E=mc2".

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