sábado, 6 de marzo de 2010

Disciplina y Kyudo


Hoy he asistido a un concierto de la coral donde mi hija pequeña canta desde hace ya mas de 10 años, y me ha gustado claro, como siempre, me gusta la música y sobre todo me gustan las corales. Me preguntaba mientras la escuchaba que me fascina de una coral, busque analogías con otras actividades que me gustan y llegue a la conclusión que es la disciplina.


Disciplina… que palabra mas difícil de pronunciar en publico y en estos tiempos actuales, donde lo que priva es el “ir por libre” como ahora se dice, la disciplina lleva tanto tiempo siendo utilizada como un signo de poder, de autoritarismo, de enseñanza mal interpretada, de imposición de acciones, del conjunto de normas enfocadas a subjugar al individuo…. Pero en una coral, en una orquesta, en una banda de jazz, en la escuela, en la educación y en tantísimas actividades, una de las cosas que hace que todo funcione bien y haya armonía es la disciplina.


Las corales son instrumentos vocales, disciplinados, es decir educados para sonar como un elemento único guiado por su director, no hay sopranos, ni tenores, ni contraaltos que destaquen sobre el grupo, si lo desean se hacen solistas y a otra cosa. En una coral es el conjunto lo que importa y el conjunto esta disciplinado, al igual que los shareis de Kyudo, lo importante es el grupo, su armonia, y su comportamiento como una unidad.


En Kyudo siempre se suele hablar de los valores “bonitos”, verdad, belleza, cortesía, respeto, pero es raro encontrar referencias a la palabra disciplina. Sin embargo esta claro que el Kyudo es una disciplina, en el manual de Kyudo Vol. I disciplina esta presente en varias e importantes definiciones del Kyudo.


Disciplina, parece ser que proviene de discípulo, es decir del que quiere aprender, sin embargo casi todos los problemas que he visto en el mundo del Kyudo, han sido por falta de disciplina. Claro, para ser discípulo se necesita maestro y aceptar a alguien como maestro… es bastante complicado, no nos gusta, todos somos autosuficientes y como máximo nos autodisciplinamos…para que aprender de alguien, al que podemos cuestionar por cualquier acción que nos moleste, mi “ego “ tiene razones siempre para cuestionar, pero nunca nos paramos a pensar que el maestro, al igual que un padre, intenta con una disciplina correcta conseguir un fin, que no debe ser otro que buscar el correcto desarrollo de las actitudes del aprendiz, del discípulo, del alumno o del hijo.


Pero para esto hay que suponer que el maestro esta guiado por buenos propósitos, actitudes rectas y valores correctos… y porque no ¡¡…. Si cuestionamos esto, la disciplina no tiene sentido, sin maestro no hay discípulo ni disciplina, ni actividad…..solo el mundo militar y algún otro tienen establecida la disciplina por la jerarquía y la estructura de mandos, aceptar la disciplina en una actividad libremente elegida, es hacer un esfuerzo extra, es pensar que realmente hay valores a aprender y que están encaminados a conseguir un buen fin, un buen desarrollo del discípulo en la actividad que sea.


Claro que esto es una visión mía utópica, vamos…casi un imposible, si no, el mundo seria una maravilla y dejaría de ser la pésima realidad que es, todos tenemos y transmitimos errores, somos humanos.


A pesar de todo, de las imperfecciones de los maestros, de los profesores, de los alumnos, yo seguiré intentando ejercer y aceptar la disciplina en mi entorno, y admirar la disciplina de las voces cantando, la armonía en las aulas, la armonía del Kyudo, y de muchas otras actividades que a través de la disciplina bien ejercida y bien aceptada, no dejan de transmitir sino belleza, bondad y verdad, cosas que escasean …. o por lo menos son difíciles de encontrar, pero que cuando se encuentran satisfacen.

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