viernes, 14 de noviembre de 2008

EL APRENDIZ DE TIRO CON ARCO


El maestro del arte de la arquería de esta historia era un hombre de aspecto frágil, pero tensaba el arco como nadie había logrado hacerlo, y podía acertar con la flecha dianas muy lejanas. Un día un príncipe acudió a visitar al celebre arquero para solicitarle que le enseñara su técnica. El maestro accedió y mostraba al príncipe a diario la técnica de la arquería. Después de un tiempo le dijo:

- Ha llegado el momento de que practiques tu solo. No lo olvides; el secreto esta en saber tensar y soltar. Ten disciplina, atención y firmeza en la práctica.

Transcurrieron las semanas. Un día, el príncipe soltó una flecha y dio con ella en la diana. Muy contento, fue a visitar a su maestro y se lo contó, pero este le pregunto:

- ¿Has sido totalmente consciente de cómo ha sucedido?
- No, repuso el príncipe, solo ha sucedido.

- Muy bien, dijo el maestro. Ha sucedido. Esa es la primera fase, ahora viene la segunda. Sigue ejercitándote y no te detengas hasta que sepas como ha sucedido. Tensa y suelta, pero con plena conciencia, y así descubrirás como ocurre. Cuando lo explores y lo descubras, lograras ser un buen arquero. Equilibra el arco, tensa y suelta. Deja que suceda, pero a la vez toma conciencia de ello.

El príncipe siguió practicando durante meses. Pasado ese tiempo se reunió con el arquero y le dijo satisfecho:

- Ya se como sucede
- Magnifico, dijo el mentor, ahora viene la tercera fase.
- Pero ¿hay otra fase?

- Si la más importante, es el momento de trasladar a la vida lo que has aprendido con el arco:
- Tensar y soltar, tomar y dejar, asir y abandonar, estirar y aflojar, en suma vivir en armonía, esa es la fase importante.

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miércoles, 5 de noviembre de 2008

Lo Imposible



"Un Arquero quiso cazar la Luna.
Noche tras noche, sin descanso, lanzó sus flechas hacia el astro.
Los vecinos comenzaron a burlarse de él.
Inmutable, siguio lanzando sus flechas.
Nunca cazó la Luna, pero se convirtio en el mejor arquero del mundo."

Alejandro Jodorowsky

Para que pueda surgir lo posible, es preciso
intentar una y otra vez lo imposible.

Hermann Hesse
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